
San Luis Potosí se encuentra ante un desafío cultural significativo, ya que el gobierno del estado, encabezado por Mario García, ha decidido centrar sus esfuerzos en combatir lo que han denominado desertificación de la actividad cultural. Este término, que evoca un preocupación por la pérdida de vitalidad cultural, se aplica no solo a las expresiones artísticas locales, sino a la riqueza cultural que históricamente ha caracterizado a la región.
En una reciente declaración, el mandatario subrayó la importancia de revitalizar la cultura en zonas clave del estado, mencionando específicamente regiones como la Huasteca, la Zona Media y el Altiplano. Estas áreas, que han enfrentado desafíos económicos y sociales, ahora reciben la atención del gobierno con la intención de recuperar y promover su herencia cultural. García abordó la situación, afirmando que se debe poner mucho más énfasis en el tema de la DESERTIFICACIÓN de la actividad cultural, en un esfuerzo por llevar nuevas expresiones artísticas tanto locales como de otras regiones.
Este enfoque no es fortuito. En los últimos años, San Luis Potosí ha sido testigo de un notable descenso en la participación cultural, lo que ha generado una promoción escasa de jóvenes artistas y la falta de espacios que fomenten el desarrollo de propuestas creativas. Según especialistas en el área, esta situación puede atribuirse a diversos factores, entre ellos la falta de inversión y atención a proyectos culturales significativos.
Las iniciativas anunciadas en dicho plan no solo buscarán enriquecer la oferta cultural del estado, sino también incentivar la movilidad cultural entre los ciudadanos, algo que es esencial para garantizar el ejercicio pleno de los derechos culturales y artísticos. Mario García enfatizó que su proyecto no se restringirá a la reactivación de eventos tradicionales, sino que propiciará la llegada de nuevas expresiones que enriquezcan la identidad cultural potosina.
Mirando hacia el futuro, este plan podría no solo transformar la vida cultural de San Luis Potosí, sino también posicionar al estado como un atractivo destino para el turismo cultural. Sin embargo, queda por verse si las acciones concretas del gobierno lograrán un cambio observable y duradero en la desertificación cultural marcada en las zonas mencionadas. La comunidad artística espera que estos esfuerzos se materialicen efectivamente y que no queden solo en el ámbito de las intenciones. La proactividad en la ejecución de estas políticas será clave para el éxito de la iniciativa y la recuperación de la pluralidad cultural de la región.