
La reserva natural La Papalota, ubicada en Santiago Ixcuintla, Nayarit, se destaca por su innovador enfoque en la conservación del jaguar y varias especies locales mediante la aplicación de tecnología y educación comunitaria. Con un área de 368 hectáreas de manglares, este santuario alberga animales como jaguares, ocelotes, venados, jabalíes y aves como la chara sinaloense.
El descubrimiento de huellas de jaguar en la finca de la familia Vallarta Chan a inicios del siglo XXI impulsó la creación de la reserva. En 2008, se estableció como un Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC), con la colaboración de Pronatura Noroeste para salvaguardar los ecosistemas. En 2013, la captura fotográfica de jaguares desencadenó un compromiso continuo de protección.
El monitoreo de jaguares en La Papalota se realiza con collares GPS y cámaras trampa. Marah Casillas, de Comunicación de la reserva, destaca la importancia de estos dispositivos tecnológicamente avanzados. Existen evidencias de al menos cuatro jaguares adultos en la reserva, con datos relevantes sobre su comportamiento, lo cual sugiere un entorno adecuado para la reproducción.
En 2025, el programa Renacer de los Ecosistemas de Ectagono, respaldado por BBVA México, facilitó la rehabilitación de senderos y la ampliación de la red de cámaras trampa, fortaleciendo la observación de felinos como Flor y su cría, además de Nacho y Ron.
Además de los retos tecnológicos, la reserva enfrenta desafíos sociales con ganaderos locales debido a ataques del jaguar al ganado. Para resolverlo, La Papalota organiza reuniones informativas y promueve seguros ganaderos específicos. También realizan talleres y difunden materiales educativos gracias al apoyo de entidades como BBVA México y Ectagono.
La Papalota colabora con la Universidad Autónoma de Nayarit, Jaguares Sin Protección, Marismas Nacionales, Primero Conservation y la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar. Estas asociaciones combinan ciencia, educación y participación comunitaria, destacando la importancia de la conservación de estos felinos y su valor cultural. La iniciativa refleja el puente entre la historia de México y su futuro, asegurando la biodiversidad para las generaciones venideras.