Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha decretado este lunes el inicio de las celebraciones navideñas para el 1 de octubre, una decisión que ocurre mientras el gobierno venezolano sostiene que Estados Unidos está aumentando su presencia militar en el Caribe como una amenaza. Este anuncio es parte de una tradición que Maduro ha llevado a cabo en otras ocasiones, como en 2024, durante una crisis política tras su reelección.
Según declaraciones del propio mandatario, el anticipo de las festividades busca promover el derecho a la felicidad y tiene beneficios económicos y culturales para el país. En el programa semanal Con Maduro +, el presidente mencionó que Vamos a aplicar la fórmula de otros años que nos ha ido muy bien para la economía, para la cultura, para la alegría, para la felicidad.
La relación entre Venezuela y Estados Unidos sigue siendo tensa. En 2020, EE.UU. acusó formalmente a Maduro de narcoterrorismo y actualmente ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por información que lleve a su captura. En contraste, Caracas argumenta que las acciones de Washington son parte de una estrategia para promover un cambio de régimen.
Sin embargo, el anuncio del inicio de la Navidad coincide con serias dificultades económicas dentro de Venezuela. Los salarios en bolívares contrastan con el costo de los productos, que se miden en dólares, generando fluctuaciones que afectan la compra de alimentos básicos. El plato navideño por excelencia, la Hallaca, puede ser un lujo inasequible para la mayoría, en un país donde el salario mínimo es de 130 bolívares al mes, equivalentes a aproximadamente 84 centavos de dólar.
Para paliar la situación, en mayo, un bono compensatorio fue incrementado a 120 dólares, aunque los expertos señalan que sigue siendo insuficiente para cubrir necesidades básicas. Muchos venezolanos recurren a trabajos adicionales para obtener ingresos extra.
