El presidente Emmanuel Macron no descarta la posibilidad de convocar elecciones legislativas anticipadas en Francia debido a la crisis causada por la dimisión de Sébastien Lecornu, el tercer primer ministro en menos de un año. La situación se intensificó tras la visita de la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Barun-Pivet, y del presidente del Senado, Gérard Larcher, al Palacio del Elíseo. Esta visita ha disparado especulaciones sobre un posible regreso a las urnas en medio de críticas hacia Macron, incluso desde sus propios aliados centristas.
La Constitución francesa, en su artículo 12, establece que el presidente debe consultar a los líderes de ambas cámaras parlamentarias antes de disolver la Asamblea Nacional. Este requisito ha aumentado las expectativas sobre una disolución parlamentaria, especialmente después del ultimátum de 48 horas que Macron había dado a Lecornu para establecer una plataforma de acción y estabilidad con las diferentes fuerzas políticas.
Macron se comprometió a asumir sus responsabilidades si no logra formar un gobierno de coalición de centroderecha. Existe un consenso entre opositores y socios sobre dos posibles escenarios: la disolución de la Asamblea o la dimisión del presidente. Gabriel Attal, ex primer ministro y aliado cercano de Macron, expresó su desconcierto ante las decisiones del presidente.
Edouard Philippe, ex primer ministro y líder del partido Horizontes, pidió que Macron considere su renuncia y la convocatoria de elecciones presidenciales tras la aprobación de un presupuesto urgente para 2026. Marine Le Pen y Jordan Bardella, de Agrupación Nacional, también instaron al presidente a disolver la Asamblea.
Un sondeo de Odoxa-BackBone destaca que el 60% de los franceses apoya la disolución de la Asamblea y el 70% está a favor de la dimisión de Macron. Los franceses culpan tanto a Macron como a los partidos de coalición de centroderecha y de oposición por la actual crisis política.
