La Reserva Federal de Estados Unidos ha resuelto mantener inalterados los tipos de interés, permaneciendo entre el 4,25% y el 4,5%, a pesar de las continuas presiones del presidente Donald Trump. En una notable votación interna, dos gobernadores del Comité Federal, Michelle Bowmany y Christopher Waller, manifestaron su desacuerdo con la decisión, siendo la primera ocasión desde 1993 en la que más de un miembro se opone.
El núcleo decisor de la Reserva Federal está constituido por doce miembros, de los cuales siete son designados por el presidente. La divergencia en esta votación resalta las tensiones internas emergentes. A pesar de la presión política y económica, Jerome Powell, el presidente de la Fed, ha indicado que los futuros ajustes dependerán exclusivamente de datos económicos precisos.
Powell insiste en que es crucial evaluar con detalle el impacto de los aranceles en el panorama comercial y financiero antes de realizar cualquier modificación en las tasas. Aunque Trump ha estado insistiendo en una disminución para agilizar el flujo económico, Powell sostiene que cada movimiento debe ser calculado para evitar efectos adversos en la inflación y el empleo.
El crecimiento económico de Estados Unidos ha superado expectativas con un aumento del 3% en el segundo trimestre, según el Departamento de Comercio. Sin embargo, los aranceles de Trump empiezan a dejar su huella en los resultados empresariales y los intercambios globales. Las estadísticas oficiales muestran que el crecimiento económico se desaceleró en los primeros seis meses del año, cayendo a un 1,2%, en contraste con el 2,5% registrado el año anterior.
En conferencia de prensa, Powell afirmó: Debemos encontrar el momento adecuado para cualquier cambio. Actuar demasiado pronto o tarde podría tener consecuencias significativas. Sus declaraciones subrayaron la postura de cautela de la Reserva Federal frente a la volatilidad económica y las decisiones políticas que puedan impactar la economía nacional.