Este texto presenta la expansión global de protestas juveniles impulsadas por redes sociales, resaltando el uso de un símbolo característico y la influencia de un popular manga como reflejo de la lucha contra estructuras opresivas.
Las protestas juveniles gestionadas a través de redes sociales han cobrado protagonismo global, abarcando desde Asia hasta Sudamérica, unificadas por el uso de un símbolo distintivo: una calavera con sombrero de paja. Inicialmente denominados como la Generación TikTok, estos jóvenes muestran su desacuerdo con los sistemas que perciben como corruptos o ineficaces, utilizando sus dispositivos móviles como herramientas de cambio social.
El impulso de estas manifestaciones se detectó en el Sudeste Asiático, específicamente en Yakarta, cuando miles de estudiantes universitarios protestaron en agosto contra el Parlamento, criticando los altos costos de sus ayudas habitacionales en comparación con el salario mínimo. El movimiento se expandió tras la muerte de un manifestante, exigiendo cambios en la Policía Nacional. En tanto, Katmandú fue testigo de revueltas juveniles que demandaron la renuncia de líderes acusados de corrupción y protestaron contra la prohibición de redes sociales, resultando en decenas de muertes y lesiones.
Las redes sociales, temporalmente bloqueadas, se utilizaron para coordinar estas acciones, con Discord e Instagram volviendo a estar operativas gracias al uso de VPNs. Esto permitió que las movilizaciones se extendieran por Asia y luego hacia África y Sudamérica, conectando jóvenes de diferentes culturas bajo la bandera de One Piece, un manga japonés que simboliza la lucha contra estructuras opresivas.
El anime One Piece, publicado por Eiichiro Oda en 1997, ha ganado notoriedad mundial, vendiendo millones de copias y convirtiéndose en un referente cultural para quienes desafían la autoridad. Andrea Horbinski, experta en manga, describe a su protagonista, Monkey D. Luffy, como un adversario de la corrupción en busca de libertad.
Simultáneamente, Ali Maulana de Indonesia y estudiantes de Madagascar han subrayado las similitudes entre la narrativa del anime y sus propias realidades, usando el símbolo como muestra de inconformidad política. Nuurrianti Jalli, profesora de Comunicación, destaca cómo la Generación Z utiliza estos símbolos para transmitir sin palabras su mensaje de resistencia. Historias previas de movilización juvenil, como la Primavera Árabe, evidencian un patrón de activismo, aunque ahora resaltan por el uso intensivo del entorno digital.