
México está potenciando su enfoque hacia la economía circular, reconociendo los beneficios ambientales y económicos que este modelo representa. Juan Marín Gracia, director de Calidad y Medio Ambiente en Red Ambiental, subraya la relevancia de avanzar hacia este sistema que privilegia la reducción de residuos mediante la reutilización de materiales.
El modelo de economía lineal, basado en extracción, producción y desecho, ha predominado durante siglos, generando efectos ambientales adversos. Marín Gracia menciona que para lograr un cambio sustancial, tanto las empresas como los consumidores deben comprometerse a producir y usar productos que puedan reincorporarse al ciclo económico.
La economía circular descansa sobre pilares esenciales: colaboración, visión sistémica y diseño para la circularidad. Según el especialista, estos enfoques promueven la utilización máxima de materiales y recursos, considerando su impacto en un sistema interconectado. Además, el diseño de productos busca su reincorporación al mercado o su reutilización directa, optando por materiales reciclables y minimizando desechos.
En México, Arca Continental destaca por su modelo de circularidad, el cual transforma botellas de PET en nuevos envases, beneficiando a comunidades que participan en su recolección. Esta práctica no solo reduce residuos, sino que también aporta al bienestar social.
Las empresas deben apoyarse en indicadores para evaluar su transición hacia prácticas circulares, señala la consultora Grunver Sostenibilidad. Estas métricas son cruciales para comprender el uso de recursos y la gestión de residuos, facilitando decisiones estratégicas.
La participación consciente de los consumidores resulta esencial. Marín Gracia destaca que la presión ciudadana afecta las decisiones políticas y empresariales, reforzando la sostenibilidad del planeta. La economía circular reduce la necesidad de materiales nuevos, extiende la vida útil de los productos y minimiza el uso de energía, creando un terreno fértil para materiales reciclados.