
En un entorno empresarial cada vez más competitivo, la tecnología se ha convertido en un pilar fundamental para que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) logren no solo sobrevivir, sino prosperar. Según Fernando Sánchez Argomedo, presidente de la Comisión Nacional de Innovación Empresarial de Coparmex, las Pymes tienen en sus manos una oportunidad sin precedentes para transformar sus operaciones y expandir su alcance de mercado mediante el uso adecuado de la tecnología.
Durante un reciente artículo de opinión publicado por @ElFinanciero_MX, Sánchez Argomedo destacó cómo la adopción de herramientas digitales puede activar la productividad y eficiencia de estas empresas, permitiéndoles optimizar procesos desde la producción hasta la distribución. En un país donde más del 90% de las empresas son Pymes, es crucial que estas se adapten a las nuevas realidades de negocio y aprovechen la innovación tecnológica como un motor de crecimiento.
Históricamente, las Pymes en México han enfrentado varios desafíos, que van desde la falta de financiamiento hasta las limitaciones en capacitación y formación. Sin embargo, con el avance de la digitalización, han emergido soluciones más accesibles que permiten a estas empresas adoptar tecnologías avanzadas sin necesidad de grandes inversiones. Herramientas como el comercio electrónico, el marketing digital y la automatización de procesos son solo algunos ejemplos que permiten a las Pymes racionalizar recursos y alcanzar nuevos mercados más allá de sus entornos locales.
Sánchez Argomedo también subrayó la importancia de garantizar un ecosistema de innovación que promueva la inclusión y el desarrollo de capacidades dentro del sector. La colaboración entre el gobierno, las instituciones académicas y el sector privado es primordial para crear un entorno propicio para que las Pymes experimenten con nuevas tecnologías y escalen sus operaciones, expresó. Este enfoque colaborativo ha demostrado ser efectivo en varias iniciativas en diferentes regiones del país, donde se han establecido redes de cooperación que han dado lugar a un incremento en la competitividad de las empresas involucradas.
Mirando hacia el futuro, se vislumbra un horizonte favorable para las Pymes que se atrevan a dar el paso hacia la digitalización. La experiencia acumulada y las lecciones aprendidas en el transcurso de la pandemia han convertido a muchas de estas empresas en referencias de resiliencia y adaptabilidad. Es esencial que continuemos fomentando una cultura de innovación, donde las Pymes no solo sean participantes pasivos, sino actores activos en la construcción de un futuro más digital y eficiente, concluyó Sánchez Argomedo.
Con ello, se establece una clara dirección para que estos actores económicos se apropien de las herramientas digitales y logren su transformación, lo cual no solo beneficiará a las Pymes en sí, sino que también contribuirá al fortalecimiento de la economía nacional en su conjunto.