La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha emitido un dictamen histórico al declarar que los países que no cumplen con sus responsabilidades climáticas pueden enfrentar consecuencias legales. Este veredicto, impulsado por la pequeña nación de Vanuatu, afirma que todos los Estados tienen la obligación, bajo el derecho internacional, de mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger el medio ambiente.
Los jueces de la CIJ han calificado el cambio climático como una amenaza urgente y existencial, lo que refuerza la obligación de los Estados de actuar no solo dentro del marco de acuerdos climáticos como el Acuerdo de París, sino también bajo tratados de derechos humanos y derecho ambiental consuetudinario. El tribunal destaca que el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible es un derecho humano básico y esencial para garantizar otros derechos fundamentales.
El fallo tiene implicaciones significativas para los mayores emisores históricos, quienes podrían enfrentar demandas legales si no cumplen con sus obligaciones climáticas. El presidente de la CIJ, Yuji Iwasawa, subrayó que las naciones afectadas podrían recibir reparaciones a través de restitución, indemnización o satisfacción. Sin embargo, para que estas reparaciones sean otorgadas, debe demostrarse un vínculo causal directo y comprobable entre el acto ilícito de una nación y el perjuicio sufrido por otra.
Impulsada por Vanuatu desde 2019 y respaldada por una notable cantidad de países en la Asamblea General de la ONU, esta iniciativa busca proteger a los países más vulnerables a los impactos climáticos. El ministro de cambio climático de Vanuatu, Ralph Regenvanu, expresó su satisfacción con el veredicto, viéndolo como una herramienta poderosa para futuras negociaciones climáticas. Según António Guterres, el Secretario General de la ONU, esta decisión representa una victoria para el planeta y la justicia climática.
El dictamen de la CIJ, aunque no vinculante, tiene un considerable peso moral y podría inspirar un aumento en los litigios climáticos globales, reforzando así las acciones contra el cambio climático como una obligación legal ineludible.
