El uso de panteones como escondite para los cuerpos de personas desaparecidas está siendo documentado en Guanajuato. Colectivos y académicos han afirmado que el crimen organizado ha replicado este modus operandi, utilizando gavetas vacías y sepulturas abandonadas en cementerios municipales para ocultar sus víctimas.
Fabrizio Lorusso, investigador de la Universidad Iberoamericana León, ha indicado que hay testimonios sobre anomalías en los cementerios de Celaya, Yuriria y Salvatierra. En estos sitios, presuntamente se han utilizado fosas clandestinas para desaparecer cuerpos sin dejar rastro. Lorusso explicó que grupos criminales aprovechan el poder local para realizar estos entierros ilegales.
En Yuriria, familiares de desaparecidos han encontrado al menos nueve cuerpos en gavetas vacías sin registro oficial. Testigos afirmaron que cuerpos fueron colocados durante la noche, sin ser detectados. La Fiscalía fue informada y se solicitaron exhumaciones y pruebas de ADN, pero se aduce que no tienen registro de los cuerpos.
En otro caso en Celaya, un cuerpo momificado fue hallado en el Panteón Sur con un impacto de bala en noviembre de 2024. La identificación del cadáver sigue pendiente, aunque el alcalde Juan Miguel Ramírez sugirió exhibirlo en la colección de momias del municipio, lo cual ha generado controversia. El fiscal Gerardo Vázquez Alatriste subrayó la importancia de los procesos de identificación antes de cualquier exposición.
El hallazgo de la fosa más grande en Salvatierra, con más de 80 cuerpos, ha aumentado la preocupación sobre esta práctica. Vázquez Alatriste reconoció el problema y afirmó que se colabora con colectivos en planes de exhumación y protocolos de identificación.
Situaciones similares han sido documentadas en Sonora, Chihuahua y Jalisco, donde también se han localizado cuerpos ocultos en panteones. Estos casos reflejan un problema extendido en varias regiones del país.
