
En la comunidad indígena de San Juan Yosocani, Oaxaca, una boda entre adolescentes ha encendido el debate en redes sociales. Julio César y Jacqueline, jóvenes de la localidad, contrajeron matrimonio dentro del marco de los usos y costumbres, una ceremonia tradicional que incluyó el consumo de alcohol por parte de menores presentes.
Imágenes de la celebración, que circulan ampliamente en internet, muestran a la pareja en su enlace matrimonial, rodeados de familiares y amigos, incluidos otros adolescentes. La controversia se amplificó durante el baile tradicional de La Calabaza, en el cual los menores participaron activamente y fueron recompensados con cerveza por regresar prendas a los novios.
Las justificaciones de los habitantes locales son claras: estas prácticas forman parte de las tradiciones culturales de la comunidad. Sin embargo, las imágenes han revitalizado debates vehementes respecto a los límites entre tradiciones culturales y las leyes de protección infantil vigentes en México.
Aún sin pronunciamiento oficial por parte de autoridades locales u organizaciones de derechos humanos, la controversia se centra en el equilibrio entre mantener vivas las tradiciones indígenas y asegurar la protección adecuada para los menores. Por ahora, la atención pública sigue enfocada en las acciones relacionadas con esta boda, mientras se espera una respuesta formal sobre la situación y las leyes relacionadas.