
Investigaciones recientes han arrojado luz sobre el enigma de las pirámides egipcias, revelando la utilización de tecnología hidráulica avanzada. Un estudio publicado en la revista PLOS ONE propone que la pirámide escalonada de Saqqara, construida alrededor del 2680 a.C., podría haber sido erigida mediante un innovador sistema de elevación hidráulica.
Dirigido por Xavier Landreau del Instituto Paleotécnico CEA de Francia, el estudio sugiere que los antiguos egipcios usaban el agua de canales cercanos para movilizar los pesados bloques de piedra. El mecanismo involucra dos pozos dentro de la pirámide donde el agua operaba un sistema de flotadores, elevando así los bloques a diferentes niveles. Esta teoría desafía las nociones previas que defendían el uso exclusivo de rampas y palancas.
Los investigadores destacan la habilidad de los egipcios para utilizar recursos naturales de forma efectiva. Según expresan, esta hipótesis podría abrir nuevas líneas de exploración sobre el papel de la tecnología hidráulica en la construcción de monumentos faraónicos.
Landreau y su equipo también postulan que el recinto circundante de Gisr el-Mudir podría haber funcionado como una represa de control, mientras que compartimentos excavados cerca de la pirámide habrían servido como sistema de filtrado para el agua. Este flujo de agua presurizada habría facilitado la elevación de las piedras a través de volcán, un proceso de construcción interno.
Si bien los autores reconocen que posiblemente se usaron rampas en combinación con el sistema hidráulico, insisten en que su investigación, respaldada por varios laboratorios nacionales, identifica hallazgos como una represa y una instalación de tratamiento de agua como esenciales para el método de construcción propuesto. A pesar de la necesidad de más análisis para verificar esta teoría, el estudio abre un nuevo campo de investigación sobre el uso de energía hidráulica en la construcción de las majestuosas pirámides de Egipto.