
Amnistía Internacional ha publicado un informe que analiza los efectos de la reducción de la ayuda exterior de Estados Unidos, tras la orden ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump. Esta medida ha sido criticada por su posible impacto en la vida y los derechos humanos a nivel mundial. El documento Lives at Risk describe cómo los recortes han afectado programas que brindan atención médica, seguridad alimentaria y apoyo a poblaciones vulnerables, incluyendo a mujeres, niñas y personas refugiadas.
La directora Amanda Klasing de Amnistía Internacional Estados Unidos calificó la implementación de los recortes de temeraria y dañina, mencionando que violan el derecho internacional de derechos humanos. Según el informe, los recortes han detenido programas esenciales en salud y apoyo a migrantes, afectando negativamente a millones de personas.
El secretario de Estado Marco Rubio, en su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos, ha sido criticado por minimizar el impacto de dichas medidas. Se documentan situaciones críticas en países como Guatemala, Haití y Sudáfrica, donde programas esenciales han sido recortados, afectando servicios vitales relacionados con la salud y el apoyo a sobrevivientes de violencia sexual.
En regiones como Siria y Yemen, los servicios de atención médica y asistencia humanitaria han sido tratados de manera similar, intensificando la crisis preexistente. En países como Afganistán y Costa Rica, la disminución del financiamiento ha cerrado centros de recursos y ha afectado la capacidad de atención a personas desplazadas y solicitantes de asilo.
Klasing instó al gobierno de Estados Unidos a restaurar la financiación para evitar mayores violaciones a los derechos humanos y cumplir con sus obligaciones internacionales. Esta situación ha generado un vacío en el apoyo internacional a la salud y la seguridad de personas en situaciones de vulnerabilidad, sin que otros gobiernos o entidades puedan cubrirlo eficazmente de inmediato.