El Concurso Internacional de Programación Universitaria (ICPC) celebró su última edición en Astana, Kazajistán, donde una inteligencia artificial de Google, Gemini, sorprendió al mundo al ganar una medalla de oro. Esta IA compitió en la categoría de exhibición, enfrentándose a los mismos retos algorítmicos que los equipos humanos, y logró resolver 10 de los 12 problemas planteados, incluyendo uno que ningún equipo universitario pudo resolver.
El ICPC es conocido por plantear problemas que requieren no solo habilidad en programación, sino también capacidad de abstracción y razonamiento lógico. Los competidores deben colaborar estrechamente para traducir complejos enunciados en código funcional, un proceso que Gemini replicó con éxito. Durante la competencia, la IA de Google manejó los problemas de manera similar a los humanos, recibiendo enunciados en texto, definiendo algoritmos y programando en C++ para su posterior evaluación por un sistema automatizado de jueces.
Gemini representa una evolución de AlphaCode, otro proyecto de Google, mostrando avances sustanciales en la resolución de problemas complejos. Este logro plantea preguntas sobre el futuro de la programación, comparables a los debates tras el triunfo de AlphaGo sobre Lee Sedol en el juego de Go. Desde Google, abogan por ver a la IA como una herramienta que complementa el trabajo de los desarrolladores, similar a cómo las calculadoras permiten a los matemáticos abordar problemas más complicados.
Los expertos indican que, pese a los avances, la IA todavía no puede reemplazar aspectos del trabajo humano, como entender las necesidades específicas de un cliente o resolver dilemas éticos y sociales del desarrollo tecnológico. La influencia de Gemini podría requerir una adaptación en la enseñanza de la programación, donde el rol de la IA se incorpora como un aliado en la creatividad y eficiencia del proceso de desarrollo de software.
