El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizó un particular encuentro en la Casa Blanca con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien llevó consigo la Copa del Mundo. En un gesto simbólico, Infantino permitió que Trump tocara el trofeo exclusivo para campeones mundiales, resaltando que solo el presidente de la FIFA, jefes de estado y los equipos ganadores tienen ese privilegio.
Durante la interacción, Trump bromeó con no devolver el trofeo, afirmando que podría quedarse con él. ¿Me lo puedo quedar? No lo vamos a devolver, realmente es pesado. Queda muy bien en la pared de allá, lo pondremos justo debajo de Los Ángeles. Es hermoso, una pieza de oro hermosa, expresó de manera sarcástica, suscitando risas incómodas.
El propósito de la visita de Infantino también incluyó anuncios referentes a la Copa del Mundo 2026, particularmente sobre la fecha y sede del sorteo de la primera ronda. Su declaración de que solo los ganadores pueden tocar el trofeo, y que como Trump es un ganador también podría hacerlo, se llevó las miradas y comentarios del evento.
El momento recordó un incidente anterior durante el Mundial de Clubes, cuando Trump no se retiró de una fotografía con el Chelsea durante su ceremonia de premiación. Estos episodios reflejan un patrón de situaciones inusuales en eventos deportivos protagonizados por el mandatario estadounidense.
La anécdota subraya un estilo característico de Trump en sus apariciones públicas, generando momentos que, aunque incómodos para algunos, logran captar la atención de los medios y del público.
