
El Clausura 2025 trajo consigo no solo la consagración de Toluca como campeón después de 15 años, sino una significativa derrama económica. La final, disputada en el estadio Nemesio Díez en Toluca y en el Estadio Ciudad de los Deportes en Ciudad de México, generó ingresos destacados, con boletos que llegaron a costar hasta $24,000 pesos en reventa, reflejando una fuerte demanda.
Los efectos económicos no abarcan solo la taquilla. Los estadios y sus alrededores fueron testigos de un auge en la venta de productos oficiales, alimentos y bebidas. Durante la semana de la final, estos elementos contribuyeron a una derrama que superó los $100 millones de pesos, mientras que la afluencia a bares y restaurantes aumentó marcadamente.
A nivel nacional, el impacto se extendió a supermercados y tiendas de conveniencia, que registraron altos ingresos al pretexto de la final. Según asociaciones restauranteras y la ANTAD, este sector vio flujos que superaron los $350 millones de pesos. Asimismo, el turismo deportivo aportó una suma adicional de más de $40 millones de pesos en transportes y hospedaje.
Las marcas y la publicidad también jugaron un rol fundamental. Espacios en vallas electrónicas y tapetes costaron entre $65,000 a $180,000 pesos por juego, mientras que los anuncios virtuales en televisión alcanzaron hasta $750,000 pesos. La suma de estos conceptos generó ingresos que superaron los $450 millones de pesos.
Por otro lado, las apuestas deportivas, cada vez más populares, dejaron ganancias superiores a los $600 millones de pesos durante los dos partidos de la final. En total, se estima que la final generó más de $1,400 millones de pesos, consolidando al fútbol como una pieza clave en la economía mexicana, más allá de lo que demuestra el resultado en el marcador.